Dora María Talamante afirmó en tribuna que una verdadera reforma propondría la innovación en los procesos educativos, sometería a revisión los planes y programas de estudio y atendería el lamentable abandono en el que se encuentra la infraestructura de la escuela pública”.
Con críticas de Nueva Alianza, el pleno de la Cámara de Diputados realizó la declaratoria constitucional de la reforma educativa.
El presidente de la Mesa Directiva, Francisco Arroyo Vieyra (PRI), hizo oficial el aval de 23 congresos locales y turnó la reforma para recabar la firma del presidente y de un secretario y posteriormente turnarla al Ejecutivo federal para su publicación.
La diputada de Nueva Alianza, Dora María Talamante, quien pertenece al SNTE, denunció que “el embate” hacia los docentes para responsabilizarlos de la calidad educativa y, con ello, condicionar su permanencia en el sistema a través de procesos de evaluación con carácter punitivo, forma parte de una estrategia “impulsada, no por la sociedad ni siquiera por la autoridades educativas, sino por grupos de interés”.
Tras asegurar que no fue una reforma educativa, sino una reforma administrativa, asentó que el fondo es privatizar la educación.
En tribuna, la maestra puntualizó que grupos “disfrazados de reformistas”, pretenden imponer los criterios de mercado como referente de la calidad y excelencia educativa. “Pero con un fondo que tiene como finalidad el privatizar la educación. En ese contexto, la agrupación gremial se vuelve un obstáculo a sus pretensiones de hacer de la educación y escuela pública un bien privado y rentable”.
Talamante dijo que están a favor de un servicio profesional docente como instrumento para estimular el desempeño de los maestros en cuanto a sus condiciones laborales y mejoramiento salarial, y no en un sistema inquisidor que atente contra la titularidad de la plaza y sus derechos laborales, consagrados en la Constitución.
“Consideramos una incongruencia jurídica que, en una modificación constitucional que pretende mejorar la calidad de la enseñanza y los aprendizajes, así como institucionalizar un efectivo sistema de formación docente y de evaluación educativa, se incorporen ordenamientos que impactan directamente en el ámbito administrativo y laboral”, dijo.
Indicó que lo avalado carece de sustancia sicopedagógica, y que una verdadera reforma educativa requiere del concurso de todos los actores involucrados en el proceso formativo de la niñez mexicana: los padres de familia, los maestros, y las autoridades educativas federales y estatales.
Talamante afirmó que una verdadera reforma propondría la innovación en los procesos de enseñanza aprendizaje, sometería a revisión los planes y programas de estudio, materiales, libros, “y atendería el lamentable abandono en el que se encuentra la infraestructura de la escuela pública”.
La diputada del PAN Esther Quintana Salinas destacó el avance, y se pronunció por escuchar todas las voces para concretar la reforma secundaria.
El coordinador de Movimiento Ciudadano, Ricardo Monreal, coincidió en que la reforma es insuficiente y no constituye avance alguno en varias ramas de la enseñanza.
Criticó que no se haya escuchado a los maestros que todos los días se paran a dar clases a los alumnos.
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